Ubicado en la ciudad de Atenas, Grecia, se ubica
esta obra arquitectónica, denominada como el Partenón. Este templo colosal se
constituye de varias columnas soportando un techo, con una altura de más de 18
metros. Se construyo alrededor del siglo 447 y 442 a.C. por lo cual su deterioro
es notorio y contrasta bastante a la imagen que los historiadores creen que
hubo en su tiempo. El templo también está hecho, casi en su totalidad, con mármol
blanco, logrando un sentimiento de aún mayor grandeza.

La relación que muestra esta obra con la vida
cotidiana presente en al Grecia clásica muestra la importancia de la religión
en la vida de los griegos. La grandeza del Partenón se debe a algo más que la
mera interpretación del arte en su forma más plena y monumental, en aquel
entonces, si no para además brindarle honor a la diosa Atenea, aquella por la
cual se le nombra Atenas a la ciudad, y darle gracias a los dioses por la
victoria contra los persas. Esto muestra lo centrado que tenían los griegos a
los dioses, de esta manera, mostrando que eran parte de su vida diaria, algo a
lo que se le atenía cada cosa como origen o como razón de ser, por ello la
creación tan magnífica del Partenón en Atenas.
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